Se pone fin a las rutinas de los periodistas. Se acabaron las horas de ruedas de prensa. A ver si nos damos cuenta de que a los lectores les interesa aquello que está más cerca de ellos, y no tanto las idas y venidas de los políticos, que en gran medida sustentan los grandes medios. Internet se mantiene por sí misma y la información que contiene es independiente.
Pero lo que puede terminar de crisparle los nervios al periodista es la opción que surge con Internet de que sean los propios lectores los que opinen, valoren e incluso comenten y mejoren sus informaciones. A partir de ya, los ciudadanos pueden ser periodistas, y eso es mucho más barato que cualquier recién licenciado. Este fenómeno ciudadano lleva hasta los blogs que está haciendo mucho daño al mundo del periodismo. Mucha gente decide abrir su espacios personales para explicar sus experiencias diarias, lo que hace que la credibilidad de este medio pierda fuerza.
La profesión corre peligro, y no hay más que renovarse. La formación continua, la mejora y la evolución son las soluciones. Aunque, Quim Gil explica más detalladamente cuáles son las claves y las características del periodista del futuro más cercano.
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